jueves, 5 de junio de 2008

SAN PABLO

¿Porqué me persigues, Saulo?,
la pregunta del Señor
que en el camino a Damasco
permitió tu conversión.
Y al recibir el bautismo
y al Espíritu de amor,
la luz que cegó tus ojos
se instaló en tu corazón.
Dedicado para siempre

a predicarnos de Dios,
enseñaste que Su Reino
es máxima aspiración.
Oh Pablo, Pablo de Tasso,

Fe, Luz y Predicación
“como el fruto de un aborto”,
según propia confesión.
Nunca más Saulo, eres Pablo

fruto de la conversión;
morir por el Evangelio
fue el testimonio mejor.
Apóstol de la esperanza,

y la evangelización;
leyendo tus cartas, Pablo,
se acrecienta nuestro amor…

María Graciela Romero Sosa

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si bien Pablo, da para enfocarlo de diferentes maneras, me parece
hermosa la forma en que lo muestras aqui. Felicitaciones

ETELVINA