como un cazador
a los cristianos.
En sus tinieblas,
con inquisidor látigo
a su corcél azuzaba.
Un tarde un rayo
lo "volteó del caballo",
y mordiendo su caída,
oyó que una voz
desde lo alto le decía:
"Saulo ¿por qué me persigues?"
Obnubilado y aturdido
preguntó: "¿Quién eres?"
Y obtuvo la respuesta:
"Yo soy Jesús, el que persigues".
Arrepentido de su vida pasada,
transformado, cambió la cruz
por su injusta espada,
y desde aquél instante
ya no fue Saulo, sino PABLO
de rodillas cristiano...
.
María Angélica Salguero
María Angélica Salguero
San Nicolás de los Arroyos, 2008
1 comentario:
HERMOSO TU POEMA MARÍA ANGÉLICA. AGRADEZCO A DIOS EL HABERTE CONOCIDO A TÍ Y A MIGUEL ÁNGEL, TAMBIÉN UN GRAN POETA. BENDICIONES
ELSA LORENCES de LLANEZA
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